Monday, February 25, 2008

¿Y si el dolor nunca se va?
¿Y si esta muerte permanece? Mientras siga partida, desdoblada, mutilada, esperando anestesia, una señal.
Como decía, tal vez no soy el jinete, tal vez no está mi dragón de siete cabezas esperándome como pensaba. Tanto buscar el signo que me indique que la hora ha llegado para soltar a mis cuatro jinetes y todo este tiempo ha sido una búsqueda en vano. La señal soy yo.

Thursday, February 21, 2008

19.2.08

¿Porque esta desolación?
Este murmullo ronco, amargo, estas piernas que se doblan, esta boca seca.
Este dolor, esta sangre, estas vísceras.
¿Porque abrir los ojos?
Dormir, dormir, estar acostado con los ojos abiertos comiéndose el techo, el aire que entra cortante, el entumecimiento de los miembros.

Añorar lo nunca visto, extrañar, escupir en el recuerdo, maldecir la memoria, dejar que el cerebro supure mierda, cubriéndolo todo, ahogandolo todo.

En el centro, la reina condenada recorre con la mirada aburrida su reino desierto.

Saturday, February 16, 2008

Minutes

Good grief!

Febrero, ya, tan pocas líneas, pareciera que no hay nada por decir y sin embargo queda tanto por contar...
Dos meses ya, un dia mas, dos dias mas y de pronto una semana más. Todavía está ese gancho/pinza que me atrapa los intestinos y los retuerce y me trae un sabor amargo en la boca cada vez que pienso en él. Lo extraño tanto, como una niña, ojos muy redondos muy abiertos que no pueden contener las lágrimas. Cada vez que el heredero del holandés errante hijo de la pérfida Albión me hace enojar (lo que ocurre cada cinco minutos) tomo el teléfono y pienso en marcarle, para luego detenerme y darme cuenta de que no es posible. Otro síntoma de mi incipiente pérdida de la razón: tengo el folleto que nuestro querido Dr. nos dió para ilustrar la operación original. Entre papeles y cosas que sacamos del hospital al final venía ese papel y no parecía necesario dárselo a Lucha y lo aventé en mi cuarto. Por supuesto sigue ahí.

Pero esperaré a que llegue eso que llaman tiempo, que dicen que lo cura todo. En el inter, trataré de no escuchar a mi reloj, tic tac tic tac, que me marca horas y semanas y días y sangre y muerte, eludiré su castrante paso y empezaré a correr, un paso adelante de él. Me alcanzará, lo sé, nadie escapa y es inflexible, bien tengo su marca como prueba desde diciembre impresa en el espíritu, pero me escabulliré, hábil y conspicua, por una temporada y recolectaré historias y anécdotas para luego tener que leerle a todos mis muertos. Que soy injusta, a mis vivos también, que estos días viven y brillan a mi alredor casi cegándome, bellos y amorosos, mientras en mi rincón con mi sombrero de paja de hoja ancha y mi vestido blanco de algodón me siento y con acuarela pinto un retrato de todos nosotros en estos días de invierno, tan tristes, tan dulces, bajo este sol que quema y nos recuerda que el siguiente minuto nos está esperando.